Aunque ya superamos por mucho la infancia y hasta la adolescencia, siempre podemos festejar el Día del Niño. No importa si estás en tus veintes, treintas o más, todos llevamos por dentro un niño que quiere y merece ser celebrado este 30 de abril. Si no se te ocurre qué hacer, además cambiar tu foto de perfil de Facebook, aquí te damos unas buenas ideas.
1. Organiza una fiesta infantil para adultos
Todos recordamos lo divertidas que eran las fiestas infantiles, ¿cierto? Ahora agrega un poco de alcohol y tendrás una celebración épica. Llama a tus mejores amigos, decora con globos, serpentinas y adornos de tus personajes favoritos. Consigue el pastel más colorido, pon la música que escuchabas en la primaria y prepara tragos divertidos como frutsi con vodka o shots de gelatina.
Pueden hacer carreras en costales, peleas de botargas, romper una piñata, rentar brincolines e inflables, o contratar un payaso que cuente chistes para adultos. Y al final todos se llevan una bolsita de dulces, ¡va a ser lo máximo!
2. ¡Lánzate a Disney!
Cualquier niño o niña sueña con ir a Disneyland o Disney World. Ahora que eres adulto y puedes pagarlo, ¡vete! Además de conocer a tus personajes favoritos, ya tienes la edad (y la estatura) para subirte a todas las atracciones. Además, puedes disfrutar cosas que no podrías si fueras menos de edad, como los espectáculos nocturnos, los bares y los tragos temáticos.
3. Cómprate los juguetes que siempre quisiste
Casi todos recordamos con tristeza aquel juguete que siempre quisimos y nunca tuvimos. Puede ser una muñeca, un juego de mesa, unos patines fabulosos o una pista de carreras con autos miniatura. ¡Es hora de darte el gusto! Si lo que quieres ya no está disponible en las tiendas comerciales, puedes buscarlo en internet.
Existen muchas páginas de ventas en donde se ofertan juguetes vintage para coleccionistas, aunque en este caso sería para consentir a tu niño interior. Por supuesto, si el juguete es raro o muy viejo, no serpa barato, pero vale la pena pagar el precio para para no quedarte con la frustración de no haberlo tenido.
4. Haz un maratón de caricaturas
Junta a tus amigos de la infancia y busquen en Netflix o YouTube algunos capítulos de las caricaturas o películas que marcaron su infancia, y armen un maratón, ¡incluso puede ser una pijamada! Para una experiencia completa, compra un montón de los dulces que te encantaban en la infancia. Quizá ya no existan o el sabor ha cambiado, pero seguro conseguirás golosinas para sentirte niño otra vez.
5. Abre la puerta a la nostalgia
Platica con tus padres sobre tu infancia, seguro hay muchas anécdotas que aún no conoces. También conseguir los libros infantiles que te marcaron y volver a leerlos, ver tus fotos de chiquito o armar un álbum con ellas, releer tus diarios, preparar tu platillo favorito de la infancia o sacar tus viejos juegos de mesa y ver si todavía puedes ganar.
6. Hazte un tatuaje “infantil”
Ahora que eres adulto, puedes llevar a tu personaje favorito en la piel para siempre. Si necesitas ideas para el diseño, échate un clavado en Instagram o Pinterest, ¡hay millones de tattoos posibles! Caricaturas, películas, juguetes… Las opciones son infinitas y será una forma de tener siempre presente al peque que llevas dentro.
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